Aquel verano…

Por Silvia Stang

Conocí al joven economista Rafael Alejandro Mathus Ruiz una tarde del verano de 2005, en un país pujante y con reservas internacionales en alza. Recuerdo que llegué a la redacción y alguien me dijo en voz baja: “Están los chicos del master que vienen a pasar el verano”. En el caso de Rafa, la afirmación se quedó muy corta, porque él, haciendo frente a aquel viejo desafío de don Álvaro, supo pasar varios inviernos con nosotros.

Desde aquel enero, efectivamente, corrió mucha agua bajo el puente (no sé qué puente ni qué agua, pero queda muy chic meter esta frase en esta parte del texto). Compartimos muchos días en los que fue posible descubrir la calidez y la buena onda de Rafa, cuya calidad humana tocó su punto máximo de la mano de la frase: “Voy al quiosco, ¿alguien quiere algo?”.

En este gélido y recesivo agosto de 2009, resulta que, así como así, Rafa nos anuncia que se va a realizar estudios a la Gran Manzana.

Confieso que yo desconocía su fuerte interés por el mercado frutihortícola, pero me alegro mucho de que se dedique a investigar las propiedades de tan noble fruto de la naturaleza.

Y acá estaremos, Rafa, esperando tu regreso. Sobre todo, esperando lo que a tu regreso traigas del freeshop.

Me refiero, claro, al cariño que se intercambia (por eso shop) pero que no tiene precio (por eso free).

¡Hasta pronto Rafa!