viernes, 31 de julio de 2009

Diez razones para extrañar a Mathus

Por Emilia Subiza

1- Porque es un hábil indagador de las honorables estadísticas del Indec.

2- Porque reivindica sus orígenes mendocinos (chilenos según el mapa Sainz) en conferencias de prensa y recuerda la universidad que lo formó.

3- Porque el domingo pierde a un gran hacedor de tapas todo terreno.

4- Porque dejó un camino marcado en las galerías vidriadas del Bouchard donde va a fumar “un pucho”.

5- Porque es el mejor buscador de agua caliente para el mate.

6- Porque es un destacado tomador aunque no precisamente un sebador de raza.

7- Porque es un gran promotor de los fat fridays.

8- Porque seguramente va a donar a sus compañeros todos los regalos que lleguen a su nombre durante su ausencia.

9- Porque alguien se va a tener que hacer cargo de su invalorable aporte de los sábados.

10- Pero fundamentalmente y sobre todo, PORQUE ES EL ÚNICO QUE SABE EL INTERNO DE ON LINE.

VAMOS A EXTRAÑAR A RAFA MATHUS

Documentos

Parte del trabajo de Mathus en la redacción de LA NACION fue el de testeo de chicas bonitas en las páginas de las codiciadas revistas de chimentos. Aquí se lo ve dando el visto bueno junto a sus colegas Alfredo Sainz y Mercedes García Bartelt. En la tapa, Nacha Guevara.

¡Hasta la vista amigo!

Este espacio está dedicado al amigo, compañero y gran periodista Rafael Mathus Ruiz. Algunos no conocen su historia, un relato de profundos derrumbes y ardua superación. Un niño criado entre cacerolas de la abundancia en Mendoza, consultor vitivinícola y productor agropecuario. Tocó fondo en Buenos Aires. Allí, después de descubrir los vicios de la noche porteña, terminó trabajando como estatua vivivente en la estación Bulnes de la linea D (representaba a un flogger amante de la música electrónica). Tras superar todos los obstáculos de su vida, el cuyano y prestigioso periodísta de la sección Economía del diario LA NACION seguirá su historia en Nueva York, en busca del tan ambiciado premio Pulitzer. No nos cabe duda que allí hará aún más desparramos. Por eso, Barack Obama ya mostró su preocupación por la llegada del famoso "zorro". ¿Arrasará el gallinero? ¡Hasta la vista Mathus! Aquí, un guiño de su historia en la ciudad.

Del cigarrillo al abismo

Su amado "pucho armado", el primer vicio que lo arrastraría hacia el abismo. Eran épocas en que sus amigos, Silvio Robles y un joven llamado Aimeé compartían sus noches de lujuria. Pero este camino de la perdición también lo conduciría a un nuevo y final sendero de iluminación y nirvana.

De boliche en boliche

Nunca fue una persona diurna. Pero "Batman" Mathus, como se lo conoció en Cocodrilo, pasaba cada vez más noches fuera de su hogar. Este documento muestra el sinuoso camino hacia el descarrilamiento final que seguía el periodista, un hombre sin horarios.

El mejor amigo de Johny Walker

Los excesos no acababan y cuando parecía que Mathus comenzaba a salir del pozo, un nuevo vicio aparecía. Aquí se observa la primera prueba que lo liga a las sustancias alcohólicas. Nunca más podría dejarlas. Incluso su primer nick en el conocido messenger fue Smirnoff, en alusión al famoso vodka.

Tocó fondo

Sin rumbo, el joven periodista tocó fondo. Fue durante una cobertura periodística del festival de economistas neoliberales en Perú. El líquido que ingirió allí todavía no fue identificado por la agencia de sustancias peligrosas, pero sí por la comunidad gay Machu Pichu.

La granja

En medio de una vorágine periodista en el diario LA NACION, Mathus tomó la dificíl decisión de ingresar a una granja para combatir todas sus adicciones. Con fuerza de voluntad, lo logró. Aquí lo vemos junto a un grupo de profesionales que buscan alejarlo de sus nuevos vicios: la bolsa con pegamento y el olor a nafta.

Y al final, vio la luz

No tardó mucho en reencontrarse con la verdad de la vida y la naturaleza. Después de pasar unos meses en una selva tropical junto a los gorilas grises del Congo, Mathus eligió su destino: la gran manzana esperaba al versátil periodista.